Los días bisiestos
Los días bisiestosLa armonía infranqueable
de tus descaros,
la evasión de lo intrínseco,
la excentricidad de lo obvio,
la infra-naturalidad o
la supra-extremidad
de tus descaros,
la evasión de lo intrínseco,
la excentricidad de lo obvio,
la infra-naturalidad o
la supra-extremidad
que se mece bajo los
zapatos del suelo.
La realidad irreal,
las tardes impares y
las lunas pares
y los días bisiestos,
el idilio premeditado
de nuestras ojeras,
el desdén lanzado
por entre las cáscaras
de lo inhumano.
El frío, tus brazos,
el circuito recorrido
hasta el cuello,
la discardia extraviada,
lo heteróclito de tus miradas.
El anonimato de los sentidos,
los sentimientos amarrados
a las escenas imborrables,
tras el cuarteto de recuerdos
y descuidos, de impurezas
absorbidas por el presente,
de lamentos engañados
con el futuro.
El límite indeterminado
de unos labios olvidados,
el difícil alcance a nuestras
manos de lo vivido:
son clavos indecisos.
La realidad irreal,
las tardes impares y
las lunas pares
y los días bisiestos,
el idilio premeditado
de nuestras ojeras,
el desdén lanzado
por entre las cáscaras
de lo inhumano.
El frío, tus brazos,
el circuito recorrido
hasta el cuello,
la discardia extraviada,
lo heteróclito de tus miradas.
El anonimato de los sentidos,
los sentimientos amarrados
a las escenas imborrables,
tras el cuarteto de recuerdos
y descuidos, de impurezas
absorbidas por el presente,
de lamentos engañados
con el futuro.
El límite indeterminado
de unos labios olvidados,
el difícil alcance a nuestras
manos de lo vivido:
son clavos indecisos.